martes, 14 de octubre de 2008

[1986] "DAMA QUE RONDA MI CASA"






























"Una mujer se enamora de Don Quijote"
Asistirás al sollozo de tu carne sin puertas,
abierta y ofrecida a nadie,
con tu vientre de arena,
muslos de arena,
y desolada de desiertos tiernos
el primer astro borrará
tu nombre escrito en la tierra;
porque es ciega tu imagen
como se cruzan los puentes
o el aire redondo de los túneles,
como se hunden los pies en un sueño,
como se monta en la sangre,
caballo hacia lo oscuro.

(Caballero ingenuo de lengua alzada hacia la luna,
que combate con pálidas lanzadas,
que combate con limpias espadas de niño
y muerde el polvo de la luna,
caballero ingenuo,
y dirá rubia dama de mi muerte a la luna,
y dirá, arrodillado, que ama, luna, tu cuerpo,
dirá esas cosas, sudoroso)

Asistirás, doméstica, invisible,
al caballo desgarrado,
a las heridas de los ojos,
a las manos que humean todavía
cuando brote del polvo de la almohada,
derrota que renace de tus piernas,
como se vuelve del desastre
sin soldada ni mochila,
asustado del frío, heredero de la noche.
Sabiduría tuya sólo saber que está transido de alegría.

----------------------------------------

"Anillo"
En el dedo delgado te reluce
una historia de estadios conquistados,
la memoria confusa de los besos
que brotaban del hambre de la vida,
los paseos larguísimos y rectos,
esos ratos tranquilos de los diálogos,
-verdaderamente nos adorábamos-
aquel viaje a la city con tus padres,
y mis padres después de restaurante,
estos pueblos hermanos por nosotros
y las horas medidas de visita,
el trabajo, el proyecto, compromisos
serios, muy serios, realmente serios.
Y el anillo, el anillo, tu anillo
en el dedo delgado te reluce...

(Pálido cuerpo de pantera
que sabe resumir en una noche,
con un pecho lunar fuera de la camisa,
la historia entera de mis generaciones)

-----------------------------------

"Noche del beso"
¡Cuerpo, tu cuerpo hermoso, pantera!

Para mi labio tus hombros suaves, tu lengua grande y ofidia,
como se alcanza con la mirada alta una estrella volante de la noche.

En mi abrazo el silencio de tus dos ojos de agua. Entrégame por oscuras calles tu lengua
y tu amor estéril de luz, que no quiero más horas que tu paso mudo,
el hueco donde brille tu lengua de murciélago fugaz.

Cuerpo frágil, templo de carne versicular y pálida,
encendida para mi mano que te escribe y mi aliento.
¡Onza del Dante ! ¡Pantera!
---------------------------------------------------------
Lloro sobre tus lunas innumerables, pantera.

Una luna primera por los muertos que soporto en las espaldas, los muertos llaneros del trigo, un viejo arquero de manos temblorosas, los muertos que seguiré muriendo.

Segunda luna por las ramas de sangre que me cuelgan del pecho y que olvido y olvido y asesino en todas las raíces de tus venas.

Más luna, más luna, por las palabras cúbicas de hielo, porque en ellas no se escucha la noche nuestra, nuestros pasos en las horas altas, tu ropa anhelada, tu boca oscura para el beso, esto no se escucha en los témpanos fríos de las palabras.

Lunas por otras palabras más calientes, por tu aliento prendido que decía he guardado tu rosa, que decía estar desnuda, abrazada a ti, que decía vete, prefiero que no me acompañes, palabras del idioma más claro, sin necesidad de metro ni maestro que las amase.

Y la luna roja de la cobardía, por el miedo que me abraza en las cruces de los caminos, por la oscura calzada que no conozco, que no transito, y cerceno y ato el fervor de mis piernas, por la senda inhóspita que lleva a las puertas de tu cuerpo desnudo, por lo que no emprendo ni persigo ni combato.


Y esta última luna del diecinueve de junio, la que me entierra mientras lloro, la pálida corona bajo la que me disuelvo, cuando sé que no hay más días para adorar a la diosa, cuando sé la certeza de tu nombre: luna que nada en el olvido.

______________________________________________

No hay comentarios: